Muchas veces me han preguntado que se siente ser padre a tan temprana edad. El hecho de disfrutar ver crecer a mis hijos estando joven y que ellos me disfruten a mí.
Como ya saben (aquellos que me conocen) fui padre a los 21 años. No fue planeado, pero no por ello dejó de ser una experiencia enriquecedora. Acompañar a la madre al ginecólogo, ver el momento del ultrasonido, comprarle ropita, bañar al cipotillo, dormirlo, sacarle el aire, cambiarlo, llevarlo al pediatra, etc. A quienes me han preguntado les he dicho que es una sensación indescriptible. No porque me sea difícil hacerlo, sino más bien por que eso se debe sentir en carne propia. Para muestra un botón.
El 17 de abril de 1997 había transcurrido sin nada que interrumpiera la rutina. Terminé mis labores a eso de las 6 PM en Credomatic de El Salvador donde vendía tarjetas de crédito. Había empezado a llover al anochecer, pero sólo fue una lluvia lomera, por lo que solo alborotó el calor (odio esas lloviznas!). La que entonces era mi esposa (y puede darse el taco de ser la madre de mis tres hijos) estaba con malestares. Como que le había caído mal la comida. Así las cosas, me dispuse a dormirme sin mayores sobresaltos, pero menuda sorpresa me tenía reservada el destino para la madrugada!
A las 12:30 AM me despertó mi ex la primera vez. Le dolía la panza. Estábamos conscientes que mi hijo podía nacer antes que terminara abril pero estando a la mitad del mes, no creí que debiera preocuparme. Volví a dormirme. A la media hora me dijo que ya no aguantaba, que nos fueramos al hospital. Nos dejamos ir al ISSS (ahhhhh el ISSS!) Nos dijeron que como no había dilatado, que no le tocaba todavía, que era un cólico. Nos regresamos a la casa y a "tratar" de dormir. Una hora después, me vuelve a despertar. Que hoy si no aguantaba. Ni modo. Me voy a las 3 AM para lo que había sido la Policlínica y ahora se llama Hospital Pro Familia. La ingresaron. Pasé CINCO LARGASSSSSSSSSSSSSSS horas esperando el nacimiento de mi primer hijo. Cuando vieron que no dilataba y necesitaba cesárea, la rajaron. A las 8:30 AM, sale el pediatra del quirófano y me extiende la mano: "Señor Francia, felicidades, es usted el padre de un niño!" Aun ahorita mientras escribo estas palabras se me llenan de lágrimas los ojos. Sentí una alegría inmensa. Se me hinchó el corazón de forma tal, que pensaba que se me iba a salir del pecho o que se me iba a explotar. Mis padres llegaron a los 2 o 3 minutos que me habían dicho eso y compartieron ese momento conmigo. Como dije antes, eso no se puede explicar, tan solo se puede experimentar.
Como ya saben (aquellos que me conocen) fui padre a los 21 años. No fue planeado, pero no por ello dejó de ser una experiencia enriquecedora. Acompañar a la madre al ginecólogo, ver el momento del ultrasonido, comprarle ropita, bañar al cipotillo, dormirlo, sacarle el aire, cambiarlo, llevarlo al pediatra, etc. A quienes me han preguntado les he dicho que es una sensación indescriptible. No porque me sea difícil hacerlo, sino más bien por que eso se debe sentir en carne propia. Para muestra un botón.
El 17 de abril de 1997 había transcurrido sin nada que interrumpiera la rutina. Terminé mis labores a eso de las 6 PM en Credomatic de El Salvador donde vendía tarjetas de crédito. Había empezado a llover al anochecer, pero sólo fue una lluvia lomera, por lo que solo alborotó el calor (odio esas lloviznas!). La que entonces era mi esposa (y puede darse el taco de ser la madre de mis tres hijos) estaba con malestares. Como que le había caído mal la comida. Así las cosas, me dispuse a dormirme sin mayores sobresaltos, pero menuda sorpresa me tenía reservada el destino para la madrugada!
A las 12:30 AM me despertó mi ex la primera vez. Le dolía la panza. Estábamos conscientes que mi hijo podía nacer antes que terminara abril pero estando a la mitad del mes, no creí que debiera preocuparme. Volví a dormirme. A la media hora me dijo que ya no aguantaba, que nos fueramos al hospital. Nos dejamos ir al ISSS (ahhhhh el ISSS!) Nos dijeron que como no había dilatado, que no le tocaba todavía, que era un cólico. Nos regresamos a la casa y a "tratar" de dormir. Una hora después, me vuelve a despertar. Que hoy si no aguantaba. Ni modo. Me voy a las 3 AM para lo que había sido la Policlínica y ahora se llama Hospital Pro Familia. La ingresaron. Pasé CINCO LARGASSSSSSSSSSSSSSS horas esperando el nacimiento de mi primer hijo. Cuando vieron que no dilataba y necesitaba cesárea, la rajaron. A las 8:30 AM, sale el pediatra del quirófano y me extiende la mano: "Señor Francia, felicidades, es usted el padre de un niño!" Aun ahorita mientras escribo estas palabras se me llenan de lágrimas los ojos. Sentí una alegría inmensa. Se me hinchó el corazón de forma tal, que pensaba que se me iba a salir del pecho o que se me iba a explotar. Mis padres llegaron a los 2 o 3 minutos que me habían dicho eso y compartieron ese momento conmigo. Como dije antes, eso no se puede explicar, tan solo se puede experimentar.
3 comentarios:
me imagino ke esto ke escribiste es apenas la mitad o menos de lo ke sentiste :)! ke bonito es leer anecdotas asi! :)
Precioso y emocionante debe ser un momento así, como dices tu indescriptible.
Definitivamente debe ser un día clave y crucial en la vida de uno.
Gracias por compartir ese momento.
Saludos.
Algún dia viviré esa experiencia. Y te felicito porque tengas esos sentimientos, se que tiene poca lógica lo que te estoy diciendo, pero son pocos los padres, hoy en día, que valoran y expresan de esa forma que lo hiciste el nacimiento de sus hijos, o bien, el convertirse en padres!
Excelente post, para mi gusto claro está!
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