No hace mucho leía una anédocta acerca de Robert Mugabe , el tirano de Zimbabwe, un país de hambre y de miseria. Tal parece que en ocasión de su natalicio había importado de París, cientos de cajas de champagne, de caviar y de langostas para tirar la casa por la ventana.
Allá por noviembre de 1983, el tirano de Zaire, Mobutu Sese Seko, recibió en visita oficial a los Reyes de España. Era sorprendente el descaro y la falta de decencia a la hora de hacer alarde de su riqueza.
En aquel viaje real, el dictador no cesó en sus intentos por apantallar a los dignatarios españoles con sus excesos. En uno de ellos, dieron un paseo en el yate presidencial Kamanyola por el río Congo que del lado de Kinshasa, se llama río Zaire, para distinguirlo de los vecinos de la República Popular del Congo, situada en la otra orilla.
A la hora de zarpar hubo una despedida con música y danza en el puerto fluvial de Onatra en Kisangani y se dispusieron por toda la cubierta incontables mesas para la comida. Mientras llegaba el momento, el yate navegaba suavemente por las aguas del famoso río, uno de los más caudalosos del mundo. A la derecha la tupida vegetación de Zaire; a la izquierda, las orillas de la República Popular del Congo. En ambas, la penuria africana.
A la hora de la merienda un gran helicóptero (desde luego que militar) se posó tranquilamente en la popa del barco y empezaron a bajar interminables filas de meseros portando toda suerte de azafates y peroles de plata con los manjares que se iban a degustar. Para evitar pasar verguenza que no estaba fresca la comida, la preparación había sido dispuesta poco tiempo antes por chefs franceses que sirvieron langosta, salmón, caviar y carnes diversas.
Como contrastaba la realidad de los tripulantes de esa nave, degustando los mejores vinos y champagnes franceses con la de los habitantes de las paupérrimas aldeas ribereñas que les vitoreaban y aplaudían a su paso!
Tiempo después, un Tribunal de Apelación de París condenó al Presidente de Zaire a cancelar una deuda de US$ 430,000 a la empresa francesa por el suministro de champagnes y vinos que pidió y que efectivamente se le entregó mas no había pagado!
Allá por noviembre de 1983, el tirano de Zaire, Mobutu Sese Seko, recibió en visita oficial a los Reyes de España. Era sorprendente el descaro y la falta de decencia a la hora de hacer alarde de su riqueza.
En aquel viaje real, el dictador no cesó en sus intentos por apantallar a los dignatarios españoles con sus excesos. En uno de ellos, dieron un paseo en el yate presidencial Kamanyola por el río Congo que del lado de Kinshasa, se llama río Zaire, para distinguirlo de los vecinos de la República Popular del Congo, situada en la otra orilla.
A la hora de zarpar hubo una despedida con música y danza en el puerto fluvial de Onatra en Kisangani y se dispusieron por toda la cubierta incontables mesas para la comida. Mientras llegaba el momento, el yate navegaba suavemente por las aguas del famoso río, uno de los más caudalosos del mundo. A la derecha la tupida vegetación de Zaire; a la izquierda, las orillas de la República Popular del Congo. En ambas, la penuria africana.
A la hora de la merienda un gran helicóptero (desde luego que militar) se posó tranquilamente en la popa del barco y empezaron a bajar interminables filas de meseros portando toda suerte de azafates y peroles de plata con los manjares que se iban a degustar. Para evitar pasar verguenza que no estaba fresca la comida, la preparación había sido dispuesta poco tiempo antes por chefs franceses que sirvieron langosta, salmón, caviar y carnes diversas.
Como contrastaba la realidad de los tripulantes de esa nave, degustando los mejores vinos y champagnes franceses con la de los habitantes de las paupérrimas aldeas ribereñas que les vitoreaban y aplaudían a su paso!
Tiempo después, un Tribunal de Apelación de París condenó al Presidente de Zaire a cancelar una deuda de US$ 430,000 a la empresa francesa por el suministro de champagnes y vinos que pidió y que efectivamente se le entregó mas no había pagado!
1 comentario:
En Africa abundan los casos en los que los dictadures acumulan riqueza sin importarles que su pueblo se muera de hambre, y el resto miramos con ojos indignados pero sin hacer nada.
Hace poco me enviaron un power point sobre una antigua colonia española también en Africa, donde sucedía lo mismo, el periodista que había montado la presentación tuvo que llevar a su esposa a un hospital porque estaba enferma y resulta que allí no te atienden si no llevas todo el material, incluidas jeringas, agujas, gasas...ya sé que la seguridad social es un lujo de muy pocos países, pero me sigue sorprendiendo que si dicen por ahí, que existen recursos para todos, dos tercios de la población se sigan muriendo de hambre bajo estas políticas infernales.
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