Las diez razones para explicar la gloria de Boca y la crisis de River.
1) Los jugadores. Mientras que Boca cuenta con un plantel de calidad, en River no sobran los distintos. Las figuras no se compran, sino que se hacen. Ibarra, Battaglia, Riquelme, Palermo y Palacio, son peso pesados con mil batallas encima y copas levantadas con la camiseta de Boca. En cambio, Cabral, Ahumada, Buonanotte, Ferrari y Falcao tuvieron que hacerse hombres de golpe ante la ausencia de los históricos. Una responsabilidad enorme que todavía les cuesta asumir.
2) El semillero. Cuando los grandes no están, alguien tiene que dar la cara y cumplir. Mientras que en Boca se hizo un largo trabajo en juveniles y no dejan de salir jóvenes promesas de sus Divisiones Inferiores, en River intentan apagar el incendio con incorporaciones en vez de invertir abajo. ¿Hace cuanto que desde Núñez no sale un jugador de calidad? Aimar, Saviola y D'Alessandro, consagrados ya, aparecen como los últimos que rompieron con los esquemas.
3) La dirigencia. Pasó Mauricio Macri, después Pedro Pompilio y ahora Jorge Amor Ameal. Con sus aciertos y errores, cada presidente mantuvo la línea y la identidad de Boca. Incluso el actual, eligió delegar el fútbol profesional de Boca a Carlos Bianchi, una eminencia. A diferencia de River, donde el poder cada vez se centraliza más en José María Aguilar.
4) El cuerpo técnico. Más allá de los gustos particulares de cada uno, Carlos Ischia ya pasó lo peor: pasó con éxito el primer año en Boca, el más difícil. Ganó Recopa y Apertura. Con experiencia en el club, tiene cintura, mantiene la calma en un vestuario pesado, y mantiene una identidad, una forma de jugar. Néstor Gorosito no es culpable del mal momento de River. Pero es un experimento (como lo era Ischia hace un año). Puede salir bien o mal, aunque la tiene difícil Pipo. Debe arreglarse con lo que tiene y levantar a un plantel con la moral por el piso. Y encontrar ese sentido de pertenencia que le falta. Un esquema, un dibujo que lo identifique.
5) La vida política. En Boca pasaron las elecciones y el oficialismo casi no tuvo oposición. Por el fallecimiento de Pompilio tuvo que cambiar de cabeza, pero la base sigue igual. La política en Boca está unida. En River este año habrá elecciones. Falta mucho, serán en diciembre, pero el juego por el poder ya comenzó.
6) El club, una casa. Boca repatrió a Roberto Abbondanzieri, que presionó en Getafe para voler. ¿Dónde mejor que en Boca?. Son varios los jugadores que fueron y volvieron. Antes que él, Battaglia, Riquelme y Palermo, como si fuera poco. Las cosas por Núñez son intermitentes. Ariel Ortega, el que más quiere estar, se tuvo que ir a Mendoza. Marcelo Gallardo se fue dos veces y ahora parece que regresa. Las grandes figuras no están y no vuelven (Aimar, Saviola...) Además tuvo que sufrir la eliminación de la Libertadores a manos de D'Alessandro. A Hernán Crespo lo tentaron varias veces y siempre evadió la vuelta. Son casos, puede ser casualidad... Aunque el desplante de Sebastián Abreu parece esclarecer el panorama.
7) Una cuestión de actitud. Una victoria llama a otra victoria y una derrota acostumbra a perder. Es difícil mantenerse y Boca se mantiene en la cima del fútbol mundial desde hace más de diez años. Sin dudas está en la cabeza del jugador y en la docencia del experimentado que transmite el hambre ganador. River está urgido, apurado, en crisis; y el jugador lo siente, por eso no rinde.
8) Los líderes. Juan Román Riquelme lidera un grupo en Boca, y Martín Palermo otro. Sin embargo la convivencia en esta última pretemporada que tuvo base en Tandil fue pacífica. Oscar Ahumada fue elegido por sus compañeros para llevar la cinta de capitán en River. El volante central demuestra dentro de la cancha todo su nivel, a pesar de que todavía es discutido por aquéllas declaraciones...El plantel de River quedó a la deriva. Sin referentes, sin alguien que pare la pelota e indique el camino.
9) De coraje y miedo.... Existen momentos límite en la que el jugador debe mostrar todo su temperamento. Los de Boca parecen acostumbrados a las finales. Con aplomo, hasta los más chicos se agrandan en las difíciles. El temor al fracaso tiene a River con el freno de mano puesto. ¿Será Gorosito el que los saque de esta crisis?.
10) La mística. No se compra, no se hace, no se decide tenerla o dejarla en el camino. Simplemente surge de un grupo, de un vestuario, de un entrenador, de una forma de jugar. De una identidad. Es caprichoso y azaroso... Boca la tiene y River no
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