Cuando se te dió el regalo de la vida, se olvidaron
de darte un manual de instrucciones. Algunos no lo
necesitan. Pero a otros se le ha dado equivocado.
Estos últimos ven la vida como algo que los angustia,
llena de ansiedad, de miedos y deseos. Esto es el
resultado del manual que les ha proporcionado su
cultura.
No es la naturaleza la causa del sufrimiento, sino el
corazón del hombre lleno de deseos y de miedos que le
inculca su 'programación' desde la mente.
La felicidad no puede depender de los acontecimientos.
Es tu reacción ante los acontecimientos lo que te hace
sufrir.
Se nace en este mundo para renacer, para ir
descubriéndose como un hombre nuevo y la atracción que
brota de nosotros no es amor. Eso que llamamos amor es
un gusto por si mismo, un negocio de toma y da, y de
condicionamientos: 'tanto como me ames te amaré'. Es
una dependencia, una necesidad de lograr una felicidad
que nos reclama desde dentro (porque nosotros somos
felicidad y hemos nacido para ser felices) pero
nuestra propia inseguridad hace que la reclamemos al
exterior y lo hagamos con exigencias, compulsivamente
y con miedo de que se escape.
El amor de verdad es algo no personal, pues se ama
cuando el yo programado no existe ya.
de darte un manual de instrucciones. Algunos no lo
necesitan. Pero a otros se le ha dado equivocado.
Estos últimos ven la vida como algo que los angustia,
llena de ansiedad, de miedos y deseos. Esto es el
resultado del manual que les ha proporcionado su
cultura.
No es la naturaleza la causa del sufrimiento, sino el
corazón del hombre lleno de deseos y de miedos que le
inculca su 'programación' desde la mente.
La felicidad no puede depender de los acontecimientos.
Es tu reacción ante los acontecimientos lo que te hace
sufrir.
Se nace en este mundo para renacer, para ir
descubriéndose como un hombre nuevo y la atracción que
brota de nosotros no es amor. Eso que llamamos amor es
un gusto por si mismo, un negocio de toma y da, y de
condicionamientos: 'tanto como me ames te amaré'. Es
una dependencia, una necesidad de lograr una felicidad
que nos reclama desde dentro (porque nosotros somos
felicidad y hemos nacido para ser felices) pero
nuestra propia inseguridad hace que la reclamemos al
exterior y lo hagamos con exigencias, compulsivamente
y con miedo de que se escape.
El amor de verdad es algo no personal, pues se ama
cuando el yo programado no existe ya.
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