de hacerle ver y ojalá entienda
que podrá ser el sollozo que brota del alma
y no se trata de conducta perversa
pero admito sí, me roba la calma
le envenenen la cabeza
cuando pretendo dar un consejo
y lo toman como un ultraje.
Viendo atrás lo que ya he vivido,
extraño el brillo de sus ojos
me acostumbré a lo festivo
queriendo verla disfrutar a su antojo.
Si ella admite mi intención confesa
prometo llenar su expectativa,
hacer que valga la pena
y dejar de ser esquivo.
Mario Francia
1 comentario:
tortura existirá en esta vida a causa de la maldad de la señora envidia... solo las personas que realmente nos conocen saben cómo evitar que las flechas que llueven del cielo no se claven en nosotros...
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