Te veo y juego con el destino.
Muerto de cansancio te sublimo
y de la nada tu recuerdo se derrumba.
Con el tiempo todo cambia
incluso tu misma
cuando tomas distancia.
Con el ímpetu de una adolescente
preparas tu trampa mortal,
te escondes en penumbras antes de saltar.
Reptas sinuosa en los matorrales,
pero el destino mueve los hilos,
una imagen abstracta, etérea, agónica ...
Inescrutables designios del azar,
paradigma vivo de lo ideal.
Cavilando, caigo en cuenta,
las sombras son tus aliadas,
de día te vuelves de piedra,
de noche, linda y frágil como ella
sin argucias ni intrigas superfluas.
Mario Francia.
2 comentarios:
Dicen que las personas no cambian, que los rasgos de caracter son para toda la vida, aunque a lo largo de la vida creo que la experiencia a cambiado a muchos que yo creía que conocía.
Todo bajo el sol cambia y se transforma... nada hay que lo impida..
Poema tierno y sensual
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