22 de febrero de 2008

Rodrigo y Coki

Coki de cachorro.


Yo soy el mayor de 4, tengo dos hermanos y una hermana, por la diferencia de edades, con quien me llevé durante más tiempo fue con el que me sigue que es poco menos que dos años menor; cuando teníamos 8 y 6 respectivamente, nos llevaron a la casa un perro Cocker Spaniel, mi madre que trabajaba en una embajada se lo "apropió", ella optó por llevárselo porque de lo contrario corría el riesgo de ser devorado, pues según las costumbres taiwanesas engordan los perros para comérselos, estaba tierno, el perro tendría unos 9 meses de edad y se ganó el cariño de todos en la casa, Cokito como le decíamos, era de aquellos que se hacía sentir con sus graves y escandalosos ladridos y era el más fiel acompañante yendo a todas partes, moviendo el cutuco de cola que tenía y demostraba su alegría cada vez que llegábamos del colegio, aunque debo reconocer que quien más apego tuvo con la mascota fue mi hermano.

Durante 7 años más vivimos en esa colonia y con la llegada de mis hermanos, la casa se nos hizo pequeña y tuvimos que cambiarnos a una más grande, con el cambio dejaría mi niñez y mis amigos de infancia para aventurarnos a un lugar, relativamente cercano pero no tanto como para hacer el trayecto a pie.

Después del cambio de casa, Jorge se adaptó rápidamente, era el rey de la cuadra, los chuchos aguacateros le temían y le salían novias de toda estirpe y raza, sin embargo, había una marginal muy cerca y en ella había una perrita igua a él, adonde tuvimos que irlo a traer en más de una ocasión porque allá le gustaba quedarse; una vez, andaba una jauría detrás de otra perra en brama y Coki se les unió, esto sucedió a los 2 años y medio de residir en la zona, fue un día lluvioso, el perro no regresó, organizamos búsquedas, ofrecimos recompensas y nadie dió razón del chucho o bueno si, llamaron personas inescrupulosas que buscaban solo sacar provecho de la situación pero no era nada que nos llevara a dar con el real paradero de Coki.

Mi hermano Rodrigo ha sido siempre todo lo contrario que yo, taciturno y la locuacidad no es precisamente su más marcada característica, pero con todo y su escasa propensión a articular conversaciones, un día de estos nos pusimos a hablar de esto y me confió que una atleta marchista que reside en Lourdes, Colón y que conoció producto del azar, al saber su apellido le inquirió si alguna vez tuvo un perro como Coki y se sorprendió al conocer cosas sobre qué le pasó, que se lo había robado un jardinero que vivía por su casa al ver que el perro era bonito y manso y le dijo también que lloraba mucho por las noches, en esta plática incluso me recordó detalles que el tiempo se había encargado de borrar de mi memoria, al chucho le daban ataques por una baja de azúcar y con un dulce se le pasaba, pues incluso eso le dijo la atleta, que se engarrotaba todo y que con el tiempo murió atropellado por un camión, Rodrigo me confesó que sintió una mezcla de sentimientos, alivio porque al fin había sabido que le pasó pero tristeza porque un malintencionado le quitó de su lado a su mascota.


Coki al momento de extraviarse.


PS Todavía hay ocasiones en las que al atardecer me recuerdo como vagabamos en las calles de aquella colonia Campestre, yo en bicicleta y el canido a mi lado, te extraño Coki!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pobrecito Cokiii..

Maldito el que se lo robó.. ¬_¬

Besos para Camilita y Mariooo!

Cristy Vasquez dijo...

awwwwwww...... :S yo se que significa perder un perrito... es que se convierten en parte de la familia.....

Saludes a tus hermanitos... principalmente...a... :D


te ku eme mario

Wawi dijo...

NOOOOOOOOOOOOOOOO casi lloro leyendo esto!!! :( m acuerdo q de chiquita tuve un perrito q adore con mi vida... desde q naci hasta q cumpli 10 anios y ver la foto de coki me acordo horrible a el :( lo extranooooo :(