19 de enero de 2008

Karma


De una manera o de otra nos hará encararnos a nosotros mismos.
De nosotros depende mirarlo directo a los ojos o
esperarlo a la vuelta de la esquina.

Pero siempre nos va a encontrar.

La verdad es,
que tenemos más oportunidades de compensarlo que cualquiera que prefiere ignorarlo.
Pero no hay manera alguna, por más que tratemos, de escapar de nuestro karma.

Nos sigue a casa.
La verdad, no podemos quejarnos de ello.
No es una aventura.
No es inesperado.
Tan solo nos pone a mano, nos iguala.

E incluso cuando estamos a punto de hacer algo
que sabemos que va tentar al karma a tomarla contra nosotros
bueno, pareciera que se la hicimos.

Y lo hacemos de todas maneras.

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