27 de julio de 2008

Un corazón todavía late


La taza de café fue la acompañante muda, les sirvió de estímulo para sacudirse el estupor y tratar de ignorar el stress que atentaba contra su calma.

Les dieron la noticia y fue devastadora, no les pareció el diagnóstico, pese a que se les explicó que no tenía porque mentirles y amparado en el juramento hipocrático el doctor Taccone prefirió sugerirles que buscaran una segunda opinión.

Ambos guardaban la esperanza que estuviera equivocado, pese a ser una eminencia en su rama, no sabría decir si para ellos era una sobredosis de optimismo o mucho de desconocimiento pero como dicen, la ignorancia es atrevida.

El accidente ocurrió en las afueras de San Luis, justo frente al predio donde se están edificando las nuevas instalaciones de la Fiscalía. La camioneta, tras ser golpeada por el bus, se desvió hacia la esquina que va hacia el este y dió de lleno contra la columna del portón de acceso a la construcción. El impacto fue tremendo, quedó incrustada en la estructura de concreto. Ambos motoristas murieron en el acto y lo mismo pasó con cinco pasajeros. Hubo más de 25 heridos.

Mónica Pérez de 28 años permanecía desde la noche anterior en estado de coma y muy grave, en el hospital Fidel Ferrón de San Luis, 150 kilómetros al noreste de la capital.

También en el hospital 5 de Abril, en terapia intensiva, se encontraban dos ocupantes más del bus accidentado. Los inspectores que analizaron las causas del accidente, se negaron a especular sobre cómo se produjo el choque.

- Pudimos recabar algunos testimonios y otras pruebas importantes, pero es muy prematuro para manejar hipótesis - aseguró el funcionario. No era difícil pensar en sustancias psicotrópicas o que cualquiera de los dos se hubiese dormido al volante .

Nacida en el seno de una familia vinculada a la política, su padre, Joaquín, fue Ministro de Obras Públicas hace 2 períodos y su mamá, Mariana, diputada al Parlamento Centroamericano, Mónica pasó por diversas disciplinas antes de decidirse por la esgrima, hizo natación, equitación e incluso gimnasia olímpica.

Casi se había cercenado una pierna y los padres no podían aceptarlo dada la particular realidad que recien estaba viviendo, era una atleta de alto rendimiento a punto de ir a los juegos regionales y tenía todos los números para obtener una medalla pero así, claro, es imposible pensar a futuro sin presente. Les costaba tomar la decisión aunque sabían que ella se mantendría con su típico optimismo a prueba de balas: nunca se le cruzaría por la cabeza la posibilidad de cometer alguna locura.

Don Joaquín no resistió y se levantó en forma intempestiva y se fue. Dejó todo en manos de su esposa, cuando ella lo que necesitaba era respaldo, apoyo y soluciones rápidas para sentirse bien. No tuvo remedio y autorizó la amputación, de otro modo no podía ser.

Desde la pesadilla de aquella noche todo había sido un ir y venir inesperado, casi bizarro y para nada habitual. Era la antítesis de lo que pasaba usualmente en sus vidas, acostumbrados a que les sonriera la fortuna.

Al cabo de unas horas salió del quirófano, ella estaba recuperandose y pasó un par de días en observación en Cuidados Intensivos.

Cuatro días despues estaba convaleciente en su casa, cuando no se sintió bien y debió ser ingresada por varios síntomas que no tenían nada que ver con su accidente, mareos, náuseas, vómitos y diarreas incontrolables, le mandaron hacer análisis clínicos.

Ni un cúmulo de buenas voluntades pudo llevar un poco de serenidad a Mónica y su familia. Un estresado médico les leía los resultados, había contraído el VIH en una transfusión durante la cirugía. Ella se mantuvo serena y trató de contener el llanto:

- Mamá, ya no soy la misma de antes pero no pierdo las esperanzas.

Y pese a que ella no pierde la compostura, la frustración de su familia es grande porque su salud corre serio riesgo y están concientes que eventualmente llegará el día en que deben dejarla partir. No obstante, ella sigue firme, en una silla de ruedas, continua dando asesoría a los deportistas con los que solía compartir. Hasta que la muerte llegue por ella.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Hey pota q historia mas chiva.. segui escribiendo loco :D
saludos

●La Pájara● dijo...

Hay algo...


Pudo haber quedado mejor,
sin embargo, la historia esta correcta.

Saludos Francia

Unknown dijo...

Buena Historia... vaya veo que tenes un don especial para decir sucesos de la vida... te felicito...

Hugo Barrientos dijo...

q historia mas yuca!!! tenes el don para narrar!!! esta vergon!!!

Oswald dijo...

Y si no le hubieran puesto esa transfusion de sangre?

Habrá otro tratamiento para sustituir la sangre?


Buena historia viejo...

Mariocopinol dijo...

:p por lo menos no se aburren :D

Anónimo dijo...

Seeee, no nos aburrimos, jaja! Aunque esta vez estoy de acuerdo con ºLa Pajaritaº.. como que le faltó algo,¬_¬.. jeje..

Besos!