Esta es la primera de dos entregas de la historia de Ismael, me comprometo a hacer la parte final antes de que termine la semana (es que es muy larga y sino se me aburren!)
Ismael fue un niño que atravesó diversas dificultades entre ellas un padre abusador, alcohólico, que a veces tenía trabajo, a veces no, comía salteado, dormía en el suelo, sin embargo fue la pérdida de su hermano y compañero de juegos lo que lo marcó de por vida. En un paseo a la Costa del Sol se había ahogado cuando él contaba 7 años.
Se volvió taciturno, apartado, apático, antisocial. Sin embargo desde siempre fue agradecido con quien le brindó ayuda, aprendió muy bien esa enseñanza de la vida. Aunque sufría en una pesadilla que esperaba desterrar para siempre pues las golpizas se volvieron muy continuas, era como que las cachetadas lo fueron acostumbrando a recurrir a la esperanza casi como único escape a la depresión. Aun en los peores momentos no dejaba de pensar en el momento en el que pudiera nivelar la balanza y devolver todas y cada una de las torturas a las que había sido sometido. A eso se aferraba. Y bien dicen que lo peor que le puede ocurrir a un pobre es perder la esperanza.
De estudiante era mediocre pero prestaba especial atención a todo lo que rodeaba a quien tenía bajo su cuidado en el aula, año tras año fue llevando un detallado recuento de los movimientos que sus maestros tenían, en un cuaderno llevaba sus direcciones y hábitos, independientemente si fuera hombres o mujeres, solteros o casados, no estudiaba en la escuela, estudiaba su entorno.
Todavía no está claro a que edad fue su primera experiencia con la muerte, lo cierto es que era cruel con los animales, los sodomizaba al punto de dejarlos con los organos expuestos, todo llevado a cabo en el lugar más apartado para no tener testigos. Estaba a punto de saltar al abismo, a punto de entrar de lleno en ese mundo violento.
Era el tiempo de Semana Santa, mediodía de viernes santo para ser exactos, hacía un calor insoportable, se esmeraban los creyentes en poner las tradicionales alfombras sobre las cuales pasaba la gente que seguía de cerca los ritos de la época. Ismael se mezclaba entre ellos, buscaba la iglesia queriendo hallar redención, acercarse a la salvación, pero ya estaba en el último tramo, el paso previo a consumar sus más oscuros deseos, lo que lo impulsaría a sembrar dolor por donde él decidiera.
Y la procesión arrancó temprano. En un hecho inédito, participó y demostró una fé de hierro. Los sucesivos sinsabores que tuvo durante su vida, en vez de abatirlo, le desarrollaron una gran capacidad de creer. Estaba lavando de antemano el pecado que quería cometer, un posible desahogo que más que eso era como un sueño.
Como si cada decisión fuera determinante y decisiva en su vida, inusitadamente buscó por la noche los barrios bajos, se encontró a Karla Patricia que era una prostituta de la Avenida Independencia, reconocida zona donde las mujeres de mala muerte van a parar cuando su cuerpo ha perdido condiciones para destacar o cuando nunca las ha tenido, que era su caso, le preguntó por cuanto vendía su cuerpo, respondió cinco dólares, sabía que no le darían más por su rostro pisoteado por el acné y su deforme y fea figura, convinieron y se dirigieron a una pensión de la zona, no había terminado de cerrar la puerta cuando le botó dos dientes de un codazo, desmayándola, todo lo hizo con lujo de barbarie, como si la conociera y la detestara a más no poder, la amarró y la amordazó, le arrancó las uñas primero y en ese instante recuperó la conciencia, retorciéndose de dolor, luego le pasó un alambre de púas por la garganta para asfixiarla, la dejó inconsciente para que su amigo de siempre, ese puñal impío, insistiera en alojarse una y otra vez en ese cuerpo apaleado, dejándolo repleto de heridas. Abandonó la escena en el más completo sigilo y sin una pizca de remordimiento. El hechor sabe que adonde ha llegado es un laberinto sin salida pero está sacando su bestia interna, esa que está lastimada, muchos habían advertido el sadismo que tenía al jugar futbol en la barriada, el mismo habría dicho: "Cuando estoy enojado soy el diablo" y ahora sin delatarse demostraba que sus palabras eran ciertas.
Como si cada decisión fuera determinante y decisiva en su vida, inusitadamente buscó por la noche los barrios bajos, se encontró a Karla Patricia que era una prostituta de la Avenida Independencia, reconocida zona donde las mujeres de mala muerte van a parar cuando su cuerpo ha perdido condiciones para destacar o cuando nunca las ha tenido, que era su caso, le preguntó por cuanto vendía su cuerpo, respondió cinco dólares, sabía que no le darían más por su rostro pisoteado por el acné y su deforme y fea figura, convinieron y se dirigieron a una pensión de la zona, no había terminado de cerrar la puerta cuando le botó dos dientes de un codazo, desmayándola, todo lo hizo con lujo de barbarie, como si la conociera y la detestara a más no poder, la amarró y la amordazó, le arrancó las uñas primero y en ese instante recuperó la conciencia, retorciéndose de dolor, luego le pasó un alambre de púas por la garganta para asfixiarla, la dejó inconsciente para que su amigo de siempre, ese puñal impío, insistiera en alojarse una y otra vez en ese cuerpo apaleado, dejándolo repleto de heridas. Abandonó la escena en el más completo sigilo y sin una pizca de remordimiento. El hechor sabe que adonde ha llegado es un laberinto sin salida pero está sacando su bestia interna, esa que está lastimada, muchos habían advertido el sadismo que tenía al jugar futbol en la barriada, el mismo habría dicho: "Cuando estoy enojado soy el diablo" y ahora sin delatarse demostraba que sus palabras eran ciertas.
El muchacho moreno, bajito, delgado de nariz aguileña se sentía aliviado, no lo habían descubierto, como es usual en estos casos nadie preguntó nada por la meretriz asesinada, no tenía a nadie en el mundo y ni sus padres se acordaban de ella. Ismael había borrado de un golpe el sufrimiento, sin embargo reconoció en un inusual examen de conciencia que el detonante era rememorar todos los sinsabores que arrastraba desde su infancia, el abandono de su madre, la muerte de su hermano, los maltratos del padre, que le elevaban la temperatura a niveles insospechados de furia. Al siguiente día esa cruz que lo perseguía y que lo dejaba al borde de un nuevo arranque de ira arremetió y se le agolparon todos los recuerdos en su mente de una sola vez, ocasionándole un ataque de incertidumbre y desesperación por repetir el acto.
Esa noche se dirigió al area del monumento del Salvador del Mundo, ahí por donde proliferan los homosexuales, el buscaba alguien vulnerable y lo consiguió. Acordaron un precio y fue lo ultimo que se supo de Eric, alias Emilia. La misma mecánica, encierro y se desataba una tromba que no dejaba ni gritar a la víctima de lo intempestiva e inesperada que era la golpiza que le propinaba. En esta ocasión, una vez desmayado, le introdujo un calcetín en la boca (para que no gritara al recuperar el sentido pues habían otros gays cerca) y alrededor de la cabeza una bolsa de plástico, estaba descubriendo que la asfixia era su método preferido para torturar. No tenía tiempo, esta vez fue entrada por salida, le introdujo los tacones en el recto y lo dejó colgado del closet.
La policía llegó y ni por cerca relacionó el crimen de 'Emilia' con el de Karla Patricia, la puta gorda y fea, era coincidencia según las autoridades, algo que no sorprende pues las muertes que se dan en los estratos bajos no los tratan como un crimen de alguien con un perfil alto.
Terminó la Semana Mayor y la atención estaba centrada en cuantos se habían ahogado en el período vacacional, cuantos accidentes de tránsito, etc. pocos se fijaban en los crímenes violentos. La vida de la ciudad poco a poco retornaba a su regular trajinar y el mismo Ismael retomaba su rutina en una empresa de cobros como pasapapeles, nadie se imaginaba lo que había detrás de ese reservado muchacho que cumplía su trabajo de manera eficiente.
La calma le duró tres semanas, le tocaban las vacaciones anuales y esta vez no accedió el contador a pagárselas como hacía usualmente, debería irse a su casa por espacio de quince días en los que el ocio sería su peor consejero.
La policía llegó y ni por cerca relacionó el crimen de 'Emilia' con el de Karla Patricia, la puta gorda y fea, era coincidencia según las autoridades, algo que no sorprende pues las muertes que se dan en los estratos bajos no los tratan como un crimen de alguien con un perfil alto.
Terminó la Semana Mayor y la atención estaba centrada en cuantos se habían ahogado en el período vacacional, cuantos accidentes de tránsito, etc. pocos se fijaban en los crímenes violentos. La vida de la ciudad poco a poco retornaba a su regular trajinar y el mismo Ismael retomaba su rutina en una empresa de cobros como pasapapeles, nadie se imaginaba lo que había detrás de ese reservado muchacho que cumplía su trabajo de manera eficiente.
La calma le duró tres semanas, le tocaban las vacaciones anuales y esta vez no accedió el contador a pagárselas como hacía usualmente, debería irse a su casa por espacio de quince días en los que el ocio sería su peor consejero.
10 comentarios:
juela, yuca la historia, pero excedente!
de terror!!
vamo a esperar la 2 parte!!
vas a decir q no lo lei, pero claro q si...
pero solo puedo decir... QUE PALOMA!!!
Hay que terrible esta historia bien espeluznante.. Ojala que no sea una historia de la vida real..Que criatura mas demoniaca este Ismael..
No manches Mario.. es el asesino que llevas dentro... jajaja! =P
Me gusta, me gustaaaa! Mwahaha!
QUEREMOS VER SSAAAANNNGREEEE!!!! lmao!
Besos!
Puya maitro q yuca esta esa historia, y una pregu esto es veridico? :O
Juela y de donde se te ocurre todo eso?
Pues mirá: si estuviera mejor puntuado y tuviera un poco más de ritmo, tenés algo muy bien cocinado. A parte de los errores de redacción y un par de ortografía, está muy bien (no es que yo sea un maestro, pero considerando que eso estudio...algo sé). Seguí escribiendo.
Puta Francia ¬¬
Me despertas el morbo
No jodas xDDDD
Apurate en poner la sgunda parte mejorrrrr **cejotasss**
Saludos ..
jojojo
Nice..i love serial killers..
hey, puya men, ya veo que si me hizo caso con la peticion de las de miedo. Esta buenisima esta parte, bien a la Jack el Destripador Salvadorean Version. :D
Ya vamos por la segunda parte...
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