14 de julio de 2008

Grande

Encontrándose al borde de la muerte, Alejandro Magno (356-323 A.C.) rey de Macedonia, conquistador del Imperio persa y uno de los líderes militares más importantes del mundo antiguo, convocó a sus generales y les comunicó sus tres ultimos deseos:

1.- Que su ataúd fuese transportado por los más eminentes médicos de la época.

2.- Que fueran esparcidos por el camino hasta su tumba los tesoros que había conquistado (plata, oro, piedras preciosas, etc.)

3.- Que sus manos quedaran balanceandose en el aire, fuera del ataúd, a la vista de todos.

Uno de sus generales, admirado por tan insólitos deseos, le preguntó a Alejandro cuales eran sus razones.

Alejandro explicó:

1.- Quiero que los mas eminentes médicos carguen mi ataud para mostrar que ni ellos tienen, ante la muerte, el poder de curar.

2.- Quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros para que todos puedan ver que los bienes materiales aquí conquistados, aquí permanecen.

3.- Quiero que mis manos se balanceen al viento, para que las personas puedan ver que vinimos con las manos vacías y con las manos vacías partimos.

A lo largo de nuestras vidas tendremos la oportunidad de adquirir muchas cosas, y despojarnos de otras pero no debemos olvidar que todas las cosas materiales se quedaran aquí.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Woww! super lindo..Gracias.

●La Pájara● dijo...

Diez para esta entrada Francia!

Raúl Marín dijo...

Con permiso. Me llevo esta entrada.