Joel había soñado que dejaba atrás sus miedos y que al fin llevaría a cabo su más grande anhelo, embarcarse y pasar el día completo con su padre pescando. Ese día la mirada podía perderse en el azul del Oceano Pacífico, el aire traía consigo esa inconfundible sensación de lluvia, aunque sólo estuviera medio nublado. Era cuestión de tiempo para que la autoridad del puerto les diera el visto bueno y partieran.
Contiguo a ellos un grupo de hombres también preparaban un barco tiburonero, su piel estaba excesivamente bronceada mas bien requemada por el inclemente clima, lo mismo sucedía con su cabellera donde no se disimulaban las secuelas de la excesiva exposición solar.
Algo que no revelaba que le emocionaba y que a la vez lamentaba Joel era que no pudiera departir con frecuencia con su padre, solían ser muy cercanos y por alguna extraña razón después de su partida a la capital a seguir sus estudios de bachillerato la conexión se perdió y buscaba con ahínco recuperar esa relación.
Don Martín ejercía su oficio de pescador desde los 14 años, como algo transmitido de generación en generación pero el se prometió a sí mismo no imponerles a sus dos hijos lo que hicieran para ganarse la vida, Celia, su hija menor, estudió corte y confección y laboraba para una maquila en San Marcos. El primogénito optó por mecánica automotriz y agradeció a la providencia no tener que seguir la vida del mar como la mayoría de sus vecinos y compañeros de escuela pues padecía de Síndrome Vertiginoso, ese desorden del oído medio que le daba mareos y no le permitía estar en un bote sin vomitar.
Los ingresos del sector pesquero y las ganancias que se obtienen son marginales, dependen de los imponderables del mar y es duro y no solo para el que inicia, los dueños de los botes aunque tienen la ventaja que al arrendar sus embarcaciones se aseguran una parte del botín, cargan con el pesado lastre que supone los altos precios de los derivados del petróleo, pero alguien lo tiene que hacer.
Y se hicieron a la mar, Joel llevaba ese día como herramientas de trabajo aletas, careta, snorkel, arpón y cuchillo. Tan decidido estaba a darse un chapuzón estando en alta mar.
Llevaban ya unas 4 horas mar adentro, llevaban 400 libras aproximadamente de atún, cuando por la radio escucharon:
Las autoridades navieras instan a todas las embarcaciones actualmente en alta mar que se evalúen los efectos de toda posible amenaza, como consecuencia de la formación de la depresión tropical 'Esther', la quinta de la temporada, en aguas territoriales nacionales. Se espera que la circulación de 'Esther' ocasione nublados densos, con precipitaciones de moderadas a fuertes con algunas lluvias intensas que podrían ocasionar inundaciones en la zona costera centroamericana "
No había transcurrido ni media hora desde el aviso, cuando de pronto las condiciones climáticas cambiaron, el oleaje arreció, el mar picado no los dejaba mantener el curso que llevaban y todo se puso negro. Llovía intensamente y de repente estaban en el agua.
Don Martín se había asegurado que en ese primer viaje de Joel no faltaran las medidas de seguridad, a los usuales chalecos salvavidas le agregó un par de tubos de llanta para que simularan balsas en caso de ser necesarias, desafortunadamente padre e hijo solo pudieron tomar uno en el momento que zozobraron, la tripulación, compuesta por una persona más, estaba dispersa, el otro integrante era un menor de edad, lugareño y conocido de ellos, Julián, el muchacho ya había desaparecido, arrastrado por el fuerte oleaje. Al dar vuelta, Joel se asió del tubo con todo lo que tenía, con alma y vida se aferró a esa esperanza como lo hace el encarcelado injustamente esperando su absolución.
Despues de un largo rato, la voluntad y la intención estaban, pero las órdenes desde el cerebro a las piernas para nadar simplemente no se llevaban a cabo porque estaban exhaustos, el temor se apoderó de ellos por primera vez y la idea de sucumbir ante el cansancio ya no se antojaba tan descabellada, las extremidades y sobretodo los dedos entumecidos no los dejaban seguir.
Durante todo este tiempo Joel nunca dejó de pensar en su pareja, Elena, la muchacha ladina de pelo ensortijado con la que pese a su noviazgo de más de dos años, se acababa de acompañar. Recién se enteraban de las dificultades de tener hijos, aunque ya lo sospechaban, varios meses sin utilizar ningún método anticonceptivo y que no hubiera ni un tan solo retraso en su período había sido la pista que los guió a lo que el médico les confirmó después de los correspondientes exámenes, Utero poliquístico. No le molestaba eso de no tener descendencia, pero se veía más adelante junto a ella y prosperando en la administración del negocio pesquero familiar.
Cuando todos esperaban un desenlace fatal se dió lo inimaginable. Minutos antes del alba, el oleaje se fortaleció, como que la costa estaba cerca, habían transcurrido 18 horas y la corriente los devolvió a tierra firme, donde los buscaban sus familiares junto a los cuerpos de socorro que ya los daban por muertos.
La noticia tuvo eco y salió en la televisión a mediodía, la nota decía:
"Milagrosamente los tripulantes de la embarcación pesquera 'Angel de Amor' que salió de Acajutla y que volcó en alta mar tuvo la suerte de llegar a tierra despues de permanecer por más de 20 horas a la deriva, los dueños de la nave Don Martín Perez y su hijo Joel así como un adolescente no identificado fueron trasladados al centro asistencial más cercano con síntomas de insolación, deshidratación y agotamiento, aunque su estado no reviste gravedad."
Al salir del nosocomio, Elena le tenía una sorpresa a Joel, al temor de perder a su marido debía sumarle la tristeza que le embargaba por tener que criar a su hijo sola, pues estaba encinta. Joel no podía estar más agradecido por el milagro que se le había concedido pues no solo sobrevivió el naufragio junto a su padre que de hecho lo terminó acercando más a él sino que pronto iba a traer un nuevo ser al mundo que vendría a conjuntar aún más la familia.
Durante muchos días todo fue felicidad................... hasta que dos semanas después le llegaba un telegrama en el que el mismo médico que le diagnosticó los quistes en la matriz a su mujer y que le había hecho análisis para descartar esterilidad en él le enviaba los resultados de su conteo de esperma y Joel, que había tenido Paperas de niño, no mostraba espermatozoides vivos.
9 comentarios:
la vida da vueltas.- aunque a veces parece que encontramos la felicidad.- esta se detiene.- pero lo hermoso de la vida.- es enfrentarla.- aun con todos su problemas.-
me gusta.- me llega.- donde tenias escondico ese talento.-?.- segui.- es bueno leerte.-
Pobre.... Otro le hizo el mandado...
buen twist. Me gusto bastanteeee. Pone Mas!
Jajaja! "Otro le hixo el mandado.." jaja xD
Me gustó, me gustó! Tienes talento Mariolinoooo! *aplausos*
xoxoxox
Y que paso? que se desmayooo..!
Ja xD! fue inevitable pensar eso.
Ahora me ha gustado tambien mi estimado Francia. Me parece mejor que el de la vez pasada :). Solo dos detalles :D q luego te cuento..
Descriptivo, informativo y.. bueno, las desgracias de unos son risas para otros.. si serás malo xD!
Saludos :)!
Jajaja, puya, buen cuento, aunque el final estuvo medio subito, hasta yo senti el pijazo...
no veo mis credits.... :-O
La vida a veces parece injusta pero al final del camino tenemos la certeza de que al luchar por todo lo que queremos y deseamos se lograrán los objetivos y si en algún momento algo no se da es porque algo mejor nos espera...
q paso loco, otro le hecho gol? jajaja porque pones estas historias!
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