Enamorado de tu mirada,
cautivado por tu cabello,
extasiado por tu sonrisa,
caigo rendido a tus pies.
Esperando pacientemente
subirte al altar de mi cariño.
Languidece la tarde,
con el día a punto de expirar,
justo cuando el cielo enrrojece,
mi alma se declara,
no más incertidumbre en mi vida
solo el sentimiento antes cautivo.
La duda iracunda,
cual espectro provocador,
me llena de angustia.
Busco entrar en razón,
he sido feliz estando a tu lado.
Es que acaso soy una contradicción?
Mario Francia
2 comentarios:
lindo (el poema)...que te responda ella (inserte guiño de ojo aquí)
la vida es bella, pero con el amor se convierte en una paradoja!!!! y pues la respuesta no está en la mente, sino en el corazón :)
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