Placer culpable

No hace mucho hablaba con una persona acerca de mis costumbres al escribir. Para mí, plasmar mis ideas va más allá de ser una simple catarsis. Es un recorrido y una parada, un amanecer y un anochecer, una bienvenida y un adiós, una promesa y una realización, una partida y una llegada.

Hay ocasiones en las que tengo esa imperiosa necesidad de agarrar un papel y poner en tinta o en bytes, lo que pasa por mi cabeza, es tal mi propensión que a veces me cuesta entenderlo, tan compelido me siento por externar lo que llevo dentro? Probablemente. Lo cierto es que ya perdí la cuenta de los extravíos de manuscritos que contienen mis divagaciones.

Leo mucho, creo que el conocimiento se da en una relación directamente proporcional a la cantidad de información que se adquiere del entorno. Ni por cerca de haber leído la cantidad que quisiera haber cubierto! ese guilty pleasure (por la cantidad de tiempo que requiere para asimilar como es debido lo que se tiene en las manos) que solo teniendo una buena temporada ociosa se puede satisfacer!

Jamás nunca (si, así, exagerado) pretenderé ser más que un simple aficionado a las letras. El hecho que me agrade dar rienda suelta a mi imaginación no debe de ser malinterpretado como otra cosa más que un disfrute, casi idéntico al de jugar un picado en la calle, no por eso se quiere ser como Messi! Escribir cuentos como El Charamina o La ticuisa aunque de alguna manera remeden el estilo del ilustre Salvador Salazar Arrué no pretenden emularle pues no me queda la más mínima sombra de duda que este servidor carece de la brillantez de ese maestro salvadoreño de la literatura. Sé que tengo mis limitantes ni siquiera puntúo bien, uso spanglish, abuso de los paréntesis y si en algún momento he compartido un link no es para vanagloriarme o recibir lisonjas, es más por la inquietud de escuchar una opinión que pudiera estar en desacuerdo con la mía.

Hay ocasiones en las que me preguntan por qué me justifico tanto (no se ofenda don RARC no tanto como usted, pues me gana!) y supongo que es por el fastidio que me causan los malentendidos, es incómodo y molesto estar dando explicaciones de lo que uno escribe. Para ir un poco más lejos, no suelo echar la culpa a los demás de mis defectos pero en esta ocasión creo que es más que probable que sea la sociedad en que vivimos la que me hizo así, en donde abunda el doble sentido, el buscar secretas intenciones y por qué no decirlo se dan mucho las envidias. Quizás por eso me gusta la palabra versátil para autodefinirme, porque soy perfeccionista y valeverguista a la vez, tengo esa facilidad de ir de lo irreverente y prosaico a lo reflexivo y juicioso.

Así las cosas, a los que me critican no les resta más que aceptarme como soy, el Mario Francia de múltiples facetas (y no de múltiples personalidades :p) ese mismo que aporta y critica en un ir y venir, con el placer del deber cumplido.