Una eternidad esperé este instante...

Sigo con mis vericuetos y disparates, producto de mis excesivos niveles de Feniletilamina, compuesto orgánico de la familia de las anfetaminas, Dopamina (responsable de la capacidad de desear algo y de repetir un comportamiento que proporciona placer) y de Norepinefrina y Oxiciticina. Por favor disculpenme! No solo porque hay algo oculto en cada sensación, sino también porque ella parece sospechar, parece percibir en mi debilidad los vestigios de una hoguera.

Hay en la cultura popular frases que se repiten constantemente entre la población: Dios mío dame paciencia, pero damela ya! Hay otro que no es de estas latitudes pero igual aplica: "Cada uno tiene su modo de matar pulgas" por ser menos conocido me voy a tomar la atribución de explicarlo, indica este adagio que cada uno tiene su manera especial de arreglar sus asuntos personales, de vencer las dificultades que se le presentan.

Yo soy devoto de tales dogmas. Yo pedía paciencia y a la vez sabía como arreglármelas para no caer en el hipnotismo de un flagelo. No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista, para mientras, soy el cautivo de sus sueños.

Tal vez fui un sueño de otro, un rumbo incierto, la verdad es que nadie vive sin amor. Máxime si este tiene la geometría de mis gustos cuando sonríe (y cuando esas cejas que se juntan al fruncir el ceño) y mucho calor en su alma.

Y no me fui porque jamás quise irme. Porque me empujaron hacia un exilio que habrá sido físico pero nada más. Tan sólo eso. Y quien quiera oír que oiga! Sois completamente libres de barruntar!