29 de marzo de 2011

Los lados del elefante

Usualmente no me entusiasman los esfuerzos colectivos en un blog porque la voz cantante la lleva una o a lo sumo dos personas. Cuando se busca pluralizar una visión de acontecimientos que afectan una sociedad el objetivo es noble; hacer las veces de un prisma que descompone la luz en los colores del arcoiris, sin embargo, más temprano que tarde se dan desavenencias. Casi siempre hay personas que son megalomaníacas y les gusta monopolizar la atención y lo que originalmente se quería, diseccionar un tema y divulgar lo que piensan distintas cabezas, se pierde.

Es por eso que el blog de Los lados del elefante me gustó, pues estoy seguro que si fuera el caso arriba descrito no hubiera aguantado 5 minutos y hubiera tirado la toalla antes de siquiera publicar una entrada, como fue mi desafortunada experiencia de hace unos años con alguien que quiso darme línea editorial y cambiar completamente el sentido de lo que yo había escrito.

Es así que las ultimas dos semanas les colaboré con dos entradas: La primera era en lo relativo a la educación en nuestro país. La segunda fue acerca de la impunidad en nuestro sistema judicial. Pero no es mi intención que me lean a mí, sino que le den un vistazo a la perspectiva de todos. Pueda que no les guste la manera como lo pongo yo, pero si la de algún otro integrante del equipo.

Esta semana se evalúan los resultados de la visita de Obama en el antes conocido como Señorío de Cuscatlán. Dese una vuelta y visítenos, quien quita y se queda como consumidor permanente y no solo ocasional.

16 de marzo de 2011

A mi abuela

Quiero empezar esta entrada reconociendo que cuando hice este remedo mío de ejercicio literario, pensé en mi niñez para sacar esas reminiscencias que tanto atesora uno.

Mi familia es como cualquier otra, llena de defectos. Sin embargo, si me pongo a hacer memoria, no salen a relucir tales imperfecciones. En cualquiera de mis primeros recuerdos, siempre están mis abuelos maternos. Los paternos ya habían fallecido. Ya sea jugando futbol en la calle con los niños de su colonia y mis primos. Almorzando, viendo Chespirito y pasando la noche en su casa los sábados. Los domingos a la playa. Las fiestas de cumpleaños de mi abuela (con su enormeee paella). Las Navidades y fin de año. La vitrola sonando con esos discos de vinilo que giraban a 33 revoluciones por minuto. Esos discos con música de antes, de la de salón, música llena de sentimiento y de pasión.

Doña Olimpia podía cocinar tantas cosas! A ella debo agradecerle que no le haga mala cara a ningún tipo de comida! Prácticamente me convirtió en omnívoro. La costumbre mía de nunca desayunar quedaba sin efecto en su casa pues siempre había comida, era abundante y sustancioso. Shuco, chilate, atoles, nuegados, torrejas, frutas en conserva, dulces, ostras, conchas, verduras, todas, toditas, comidas que sin que ella me las hubiera "presentado" no pudiera decir que están incluidas en mi dieta.

Ella era menuda, compacta y fornida, no precisamente cariñosa (salvo cuando me decía que yo era su orejitas de conacaste). Siempre de carácter fuerte contrastaba con lo consentidor que era mi abuelo, mi Papa Víctor, regalándonos chocolates que traía de sus viajes. Yo detestaba acompañar a mi mamá a la costurera, pero mi abuela siempre tenía el figurín para que le hicieran los vestidos con esos patrones. Le encantaban las orquídeas y sus rosales de la entrada de la casa de la Santa Eugenia.

Recuerdo como hablaba de su hermano, mi tío Alvaro. Tal era su simpatía por él que le puso su nombre al primer hijo varón que ella tuvo. Lo describía como un buen hombre, serio y trabajador, militar de profesión vivió mucho tiempo fuera del país. Era alto y muy corpulento, sintió mucho su muerte por complicaciones de la Diabetes.

Ahora a sus 84 años, ya no es la misma, los años no pasan en vano. La artritis se la está llevando de a poco y una necrosis recién descubierta que más temprano que tarde la llevará a juntarse con las personas que ponen hamacas en las palmeras y le ofrecen cocos en las nubes . No se ha ido todavía, pero ya casi. Desde ya echo de menos a la mamá de mi mamá: Mama Pimpa.

7 de marzo de 2011

Beauty is in the eye of the beholder


La belleza está en el ojo del espectador.

El escritor checo Milan Kundera, en un pasaje de La insoportable levedad del ser, sostiene que "sin saberlo, el hombre compone su vida de acuerdo con las leyes de la belleza, aun en los momentos de más profunda desesperación".

Tengo la plena convicción que cuando no se tiene afectado el núcleo accumbens por el apendejamiento de la dopamina, ese neurotransmisor que influye en el estado de ánimo, la recompensa y la motivación pues uno puede decir que un(a) individuo(a) es guapo(a)o no.

Traigo a colación la dopamina porque hay que ver que monumentos de mujeres se pasean con hombres más feos que las ganas de ir al baño (o viceversa) y sin involucrar el efecto de esa sustancia en el cerebro no se le encuentra explicación! Porque no me van a dejar mentir, cuantos de nosotros no han escuchado a su interlocutor casi verdes de envidia por admirarse de la pareja con la que se pasea un prójimo de manera meramente circunstancial. Aunque conozco gente que ha dejado de ver superficialidades a la hora de buscar pareja, por aquello de que no existen los feos (no todos comulgan con esa tesis)

Dejando de lado los típicos estereotipos acerca del interés pecuniario y las crisis de edad (más acentuadas del lado masculino) es evidente que lo único que queda por discutir es el ámbito sexual. Leía la vez pasada en Twitter que "A veces, el sexo genial como que enamora." Muchas parejas se cimentan por la conexión en la cama más que por la que se da en otras esferas de interacción como gustos o intereses en común. De ahí la inferencia que suele darse de si el man es feo y no tiene plata, debe manejarse una muy buena habilidad en la alcoba (que no solo el tamaño)

Para concluir yo creo que no hay que ser envidiosos. Pisto mata carita, pero labia mata pisto!

5 de marzo de 2011

De los enamorados y sus problemas

No voy a hacer un tratado de Escatología... pero casi!

Soy mucho de respetar el "derecho ajeno" para no transgredir el espacio personal, esa necesaria intimidad a la que todos tenemos derecho. Pocas veces (sin que me lo pregunten) doy mi opinión respecto de los asuntos del corazón y eso lo hago porque son cosas con una carga emotiva considerable. Puedo comprender que exista personas para las que ventilar esas cosas en público sea casi como pedirles que se desnuden frente a una multitud.

No obstante lo anterior, no creo que el ostracismo sea la panacea, ni mucho menos. Se pueden compartir ciertas cosas sin que sintamos que nos han abierto un boquete a la seguridad del número 33 de Liberty Street o de la United States Bullion Depository. No estamos hablando de cosas extremas como que al primero que le pregunte a "x" por su relación romántica le haga una detallada exégesis del estado de la misma, pero se puede decir lo normal: "Estamos bien" y salir al paso de los comentarios que tanto apuro puedan haber sacado a más de alguno de los que leen estas líneas.

Habiendo dicho esto, creo que cuando las relaciones no andan bien y están a punto de terminar o ya terminaron y se tiene ese estado de desamparo, ese je ne sais quoi que cuesta tanto describir, pues se necesita sentido común para que la transición a YA NO TENGO PAREJA sea más prolija, más tranquila.

Pero dejemonos de ir por las ramas, lo que quiero enumerar es algo distinto. No quiero dar tips de como pasar el tiempo. Quiero referirme a liberarse de esa indefensión del break up. Hablemos claro (en salvadoreño dejemonos de mierdas) No colabora el hecho de guardar cositas, tiquetes, facturas, las flores secas del aniversario. Vivir del pasado afecta, recordar lo que dijo, lo que hizo, las salidas, los gestos. No es que yo sea un descorazonado o valeverguista (que si sabré porque estoy escribiendo de esto) pero darle la vuelta a lo mismo no nos va sacar de ese estado de infatuación o apendejamiento en el que caemos cuando lo que en verdad necesitamos es sacudirnos eso. Uno está enculado y hecho mierda hasta que quiere. Punto. Superemoslo y pasemos la página.

1 de marzo de 2011

La realidad del feminicidio en El Salvador




Por lo general cuando uno pone patriotismo en el diccionario se encuentra con sinónimos relativos a determinados valores, cultura, historia y afectos vinculados a determinada nación. Pero cuando uno ve noticias como esta, no es precisamente algo como el patriotismo el que aflore o sea algo que en una conversación se quiera destacar.

No es natural que en un país con poco más de 21.000 km2 y con una población que oscila entre los 6 y los 7 millones de acuerdo al último censo, se disparen 197% las muertes en mujeres. Y si vamos a hablar lo ideal, no es natural que un ser humano la quite la vida a otro -aunque eso es material de otra discusión del tipo axiológico que en este momento no tiene cabida- pero ese es el tema que nos ocupa.

El término femicidio o feminicidio se acuñó como una forma de denuncia a la naturalización de la sociedad hacia la violencia sexista. Tristemente el maltrato hacia el mal llamado sexo débil es una cuestión muy arraigada en el imaginario colectivo (y que no por eso debe de ser tomado como válido)Este es por lo general un crimen pasional, es decir, se trata de crímenes con móvil sexual. Pero no se puede englobar exclusivamente de esa manera, puesto que hacerlo estimularía una falsa e indiscriminada percepción acerca de la enorme cantidad de crímenes misóginos que ocurren. Sin ahondar mucho en el tema se puede colegir que la trata de blancas, la prostitución, la pornografía, el narcotráfico, el tráfico de órganos y deudas por cualquiera de los anteriores son otras causas para que la tasa se mantenga tan alta.

Los expertos señalan que es un delito de dominación, en el que se busca subyugar a la víctima. Siendo un crimen de odio y llevado a cabo en la más deleznable impunidad, el feminicidio es el asesinato de mujeres por razones asociadas a su género, y el simple hecho de ser del sexo femenino se convierte en un riesgo. El femicidio debe ser comprendido, entonces, bajo el concepto más amplio de las relaciones de sometimiento, imposición y control de hombres.

En nuestro país, y a fin de erradicar ese flagelo de la sociedad, se deben dar muestras puntuales de voluntad por buscar soluciones. Ahora es el momento de corregir algunas cosas, resolver el despropósito causado por esos crímenes, entre las que podemos mencionar están dos:

-Es menester que se den para poder comprender el fenómeno un reacomodo de las figuras penales para tipificar el delito, redefinirlo. Muchos dirán, más trabajo para el legislador es letra muerta y no acciones, pero si se acompaña con una campaña con una linea 24/7 para denunciar la violencia doméstica puede rendir réditos.

-Que los tribunales sean expeditos a la hora de ventilar esas causas penales y no decreten reserva (ni parcial mucho menos total). Que si el móvil, que si el motivo, que si la razón de un crimen. Sin afán de promover amarillismo entre la prensa, mientras más informada esté la población habrán más denuncias.

Para terminar, en otros países con mayor desarrollo se llevan a cabo investigaciones para determinar las causas y tratar de poner un paro a los asesinatos, cuestión que deberíamos de imitar para evitar más derramamiento de sangre.

La actual ausencia de estadísticas oficiales con datos ciertos, uniformes, sistematizados y recabados desde un perspectiva de género sobre la magnitud de la violencia contra la mujer, y específicamente del femicidio, constituye un serio obstáculo para la investigación de los crímenes. Ver nota completa


FE DE ERRATA:


Leyendo la entrada de Hunnapuh en este mismo respecto, me entero que ya existe una "Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia para las Mujeres" aprobada en 2010 para entrar en vigencia en 2012 (cuantas víctimas van a haber para entonces?)