Sin conexión, sin pisto y con ganas de un montón de cosas

Dicen que no hay mal que dure cien años (ni cuerpo que lo resista) Ya había mencionado que pasé 3 meses desempleado, obvio que los recibos se acumulan y como se pueda, la va uno pasando. Es frustrante no poder dar a los hijos lo que están acostumbrados a recibir que -sin que sea la gran cosa- se agrega a los gastos que hay que cubrir y el stress que esto conlleva.

Problemas económicos siempre equivalen a humores volátiles y si a eso añadimos mi patente adicción a la red (que cuando alguna alma caritativa que la conoce se apiada de mí, me permite saciarla al menos en parte) el resultado no siempre es bueno.

Como lo sugiere el título, tengo ganas de hacer muchas cosas, lastimosamente no siempre se puede traducir voluntad en acciones. A lo monetario se agregan factores familiares que no abonan a la causa y que por el contrario pudieran hacer temblar al más ignífugo de los bomberos, pero me tengo fe, un principio inclaudicable de mi existencia es el del ave fénix, resurgir de mi cenizas es un arte que pareciera que estoy llegando a masterizar.

Quisiera tener certidumbre y más control sobre mi vida, se me llena la cabeza de ilusiones que veo muy difícil poder llevar a buen puerto. Ahh si! y tengo ganas de publicar mas cuentos (el de los músicos ya va por buen camino) y quisiera leer mas seguido mis feeds y comentar a los blogueros que sigo. Pero eso es casi que una puerta falsa, una válvula de escape y no cambia sustancialmente la situación precaria de lo que se me da en llamar mi "triste realidad".

Claro que siempre hay cosas buenas que uno valora cuando se está en situaciones más oscuras que la de una estrella a punto de ser engullida por un agujero negro. Son sus rayos que asemejan los del sol los que me sostienen, aunque ella a veces ni cuenta se da de como yo la llamo con el pensamiento y cuando la miro a lo lejos y requiero su candor y como sonrío cuando su recuerdo viene a mi mente y realizo que ya ella vive en mí y por eso gozo cuando la tengo ahí.

Pero ahí estamos, al pie del cañón y si ya otras calamidades no me han botado, estas nimiedades no lo van a lograr, llamese crisis, llamese lo que se llame, mi tesón no va a amainar, ya supe acomodarme a mi historia con problemas acumulados y una lista extensa de viejos etcéteras.