De Carlos Barulich.
Cuando llegaste a mi vida
fuiste un sol que me envolvía
con sus rayos luminosos
poniendo luz a mis días.
Y fuiste lluvia bendita
que humedecía mi alma
y tormenta que arrasaba
y después silencio y calma.
Y fuiste luna en mis noches
y viento que me llevaba
a un mundo desconocido
donde feliz yo te amaba.
Pero los años pasaron
y de esa mujer deseada
que era sol, luna y tormenta
no queda nada de nada.
Eres ahora un eclipse
porque de tanto comer
engordaste de tal forma
que ni el sol me dejas ver.
3 comentarios:
Estaba con el suspiro detenido leyendo el poema, hasta que al terminar de leer el suspiro se convirtio en ¬¬
Hay que pesimo ese poema ><
qué grosero!!!!! no que era humor? bah, el humor masculino, tan exótico =S
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