No estoy seguro que en esta oportunidad mis palabras caigan en gracia, como en otras ocasiones. Sin embargo, siento menester emitir mi opinión respecto de este zafarrancho que se ha armado con el mosaico de Catedral.
Que cada cabeza es un mundo está más que comprobado. Cada quien es libre de pronunciarse de la manera que mejor le parezca, pero a mi me parece que nuestra sociedad está cada vez más desorientada.
Que el retiro de un mural haya causado tanto alboroto me deja sensaciones mixtas. Ya quisiera yo que ante tantas situaciones inverosímiles que se suceden en este país se tuviera una respuesta del conglomerado como lo está logrando Monseñor Escobar Alas. No voy a entrar a valorar en muchos detalles si procedía o no llevar a cabo la remoción como la hizo. Si Monseñor sabe que existen restauradores o no. Si no había todavía declaratoria de la obra de arte, nombrándola patrimonio cultural de El Salvador. Si la vocera de la empresa a cargo de la destrucción raya el ridículo diciendo que era un peligro para quienes visitan el templo porque se podían despegar las cerámicas, etc, etc.
Lo que si me retuerce la tripa es que en los primeros cuatro días de este año la cuenta de fallecidos por causas violentas ya llega a 50 y de eso nadie dice nada. Que el FEFE haga su irrupción en un momento en que la economía sigue golpeada. Para no seguir enumerando las cosas por las que si valdría la pena que inclusive la población no católica resienta la pérdida del mural, me voy a limitar a decir que no cuesta entender porque este país es un absurdo de pìes a cabeza. Nos siguen dando atole con el dedo y nos seguimos tragando las cortinas de humo que nos despistan de lo que si debe reunir toda nuestra atención.
Para terminar voy a dejar en claro que al escribir esto no estoy demostrando mi nula empatía hacia el atropello que cometieron con la obra de Fernando Llort. Se trata simplemente de señalar que si el empeño que ponemos en cosas menos prioritarias lo pusiéramos en lo que en verdad nos está ahorcando, otro gallo nos cantara.
Que cada cabeza es un mundo está más que comprobado. Cada quien es libre de pronunciarse de la manera que mejor le parezca, pero a mi me parece que nuestra sociedad está cada vez más desorientada.
Que el retiro de un mural haya causado tanto alboroto me deja sensaciones mixtas. Ya quisiera yo que ante tantas situaciones inverosímiles que se suceden en este país se tuviera una respuesta del conglomerado como lo está logrando Monseñor Escobar Alas. No voy a entrar a valorar en muchos detalles si procedía o no llevar a cabo la remoción como la hizo. Si Monseñor sabe que existen restauradores o no. Si no había todavía declaratoria de la obra de arte, nombrándola patrimonio cultural de El Salvador. Si la vocera de la empresa a cargo de la destrucción raya el ridículo diciendo que era un peligro para quienes visitan el templo porque se podían despegar las cerámicas, etc, etc.
Lo que si me retuerce la tripa es que en los primeros cuatro días de este año la cuenta de fallecidos por causas violentas ya llega a 50 y de eso nadie dice nada. Que el FEFE haga su irrupción en un momento en que la economía sigue golpeada. Para no seguir enumerando las cosas por las que si valdría la pena que inclusive la población no católica resienta la pérdida del mural, me voy a limitar a decir que no cuesta entender porque este país es un absurdo de pìes a cabeza. Nos siguen dando atole con el dedo y nos seguimos tragando las cortinas de humo que nos despistan de lo que si debe reunir toda nuestra atención.
Para terminar voy a dejar en claro que al escribir esto no estoy demostrando mi nula empatía hacia el atropello que cometieron con la obra de Fernando Llort. Se trata simplemente de señalar que si el empeño que ponemos en cosas menos prioritarias lo pusiéramos en lo que en verdad nos está ahorcando, otro gallo nos cantara.
6 comentarios:
De acuerdo, me parece más cortina de humo que otra cosa.
Quizá el problema sea menos importante en orden de cosas, pero desde ahí empezamos a hacer mal las cosas, cuantas cosas pequeñas hacen una grande, he ahí lo delicado de la situación, de pequeñas desvalorizaciones hemos llegado hasta aquí. Y creo que se le da a todo importancia, pero ese es otro problema, no podemos enfocarnos en nada, porque tratando de arreglar el mundo vamos de un problema a otro, no terminamos de amarrar una cinta y ya estamos en el otro zapato. Le entiendo perfectamente, pero me queda esa sensación de: El que mucho abarca, poco aprieta.
F. Genius
No veo en tus post un pronunciamiento contra el FEFE, ni la preocupación por los asesinatos (solo revisé los últimos diez)
Un maroso yo sé que va a robar y matar, un político yo sé que va a robar y matar (es un proceso más lento, pero igual efectivo).
Pero que un cura destroze una pieza artística(de su propio templo) no es común, he allí el revuelo.
@IP tenes razón, si leyeras mis tuits lo notaras
Mea culpa, soy alérgico al twitter
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