De Carlos Barulich.Una vez me ofrendaste una flor,
la más roja, quizás la mas bella,
su fragancia me hablaba de estrellas
y su magia me hablaba de amor.
Un color me ofreciste otro día
y un pincel que tenía dos alas,
yo con ellos las nubes pintaba
con el tono de mis alegrías.
Cierta noche me diste la luna
y con ella aquél grillo cantor
que entonaba con voz de tenor
la elegía de su desventura.
El regalo de mi cumpleaños
lo robaste de un libro de cuentos,
me dijiste “será tuyo el viento”,
y volé por mil mundos extraños.
Para mi, cual si fueras corsario,
capturaste una ola bravía,
imposible yo sé que sería
de tus cosas hacer inventario.
Guardo un sueño, un recuerdo, una flor,
una lluvia, una noche serena,
arco iris y mil primaveras
y aquel bello poema de amor.
Mas tu obsequio esta vez me cautiva
hoy me siento plenamente amada,
harta estaba de tantas pavadas
y este cheque me cambia la vida.