Leyendo un link que me compartieron en Twitter me encontré con una noticia que para mi era desconocida. El año pasado el gobierno de Australia desatascó ese eterno debate de sus ciudadanos con problemas de identidad sexual. Para zanjar la polémica empezó a emitir pasaportes con tres categorías: masculino, femenino e indeterminado.
En el reportaje mencionan el curioso caso de Jenna Talackova: se siente mujer desde los 4, toma hormonas desde los 14 y se operó a los 19. Se postuló para Miss Universe Canada y la descalificaron por no haber nacido mujer. Para sorpresa de muchos, la organización del concurso emitió un comunicado en el que admitiría a partir del próximo año todo tipo de participantes.
Pero, ¿hasta donde afecta en la vida práctica tener certeza de su sexualidad? no me refiero a la interminable discusión de los matrimonios gays (y sus implicaciones morales) La última vez que revisé las estadísticas en mi propio país, El Salvador, el 85% de los hogares estaban formados por madres solteras. Lo que equivaldría a decir que un solo sexo es el encargado de criar sin el involucramiento del otro, pero esos son otros 5 pesos.
En verdad, ¿es menester conocer a ciencia cierta que tiene entre las piernas el recién nacido? ¿O es puro morbo? ¿Han encontrado petróleo los defensores de la liberalidad? ¿usted que dice?