El periódico digital El Faro ha iniciado una innovadora e ingeniosa campaña que en Twitter uiliza el hashtag #TuIdeaEF y que busca acercar a la clase política el mensaje del conglomerado que por años ha sido ignorado. Se trata de hacer sugerencias que se caricaturizarán y les será entregado en un documento a los tres poderes del Estado y los 262 alcaldes del país.
Pese a que han habido grandes avances en la forma en que los medios de comunicación llegan cada vez a más personas (incluídos los gobernantes) en El Salvador no había manera de canalizar esa tan necesaria retroalimentación de forma tal que se sepa como se puede mejorar y las áreas en que se está deficiente.
Quienes detentan el poder se convierten por automatismos implantados en nuestro subconsciente en una especie de semi-dioses que poseen el control social, político y comercial de todo lo que sucede en el país. No cuesta imaginar porque quieren mantener esos atavismos y son tan reticentes al cambio. Ese círculo privilegiado es prácticamente intocable. Folclore de dudoso gusto que en un mundo ideal sería al revés. Deberían de predicar con el ejemplo. La democracia en Grecia residía en el pueblo, ¿por qué no retomamos esa filosofía?
Este feedback que recibirán a manera de lo que se podría llamar "documento ciudadano" no es un capricho, es una necesidad. Tanto tiempo de hacer oídos sordos a la idea original que los políticos no sean gobernantes, sino representantes. Como es lógico, habrá un tira y afloja en el que nadie quiere ceder. Si presionamos lo suficiente la pita se puede romper por el lado más delgado y con la cercanía de las próximas elecciones, al menos la cacha van a hacer que les interesa.
Para concluir, y pese a que esta no es una oda a #TuIdeaEF, los medios son la fuente más importante de nuestra aprehensión de la realidad. Me parece que estamos ante la histórica posibilidad de hacernos sentir. Utilicemos inteligentemente esta herramienta. Debemos de tener claro que si vamos a participar de este ocurrente ejercicio, lo hemos de hacer con el debido decoro para evitar que esta oportunidad de "ser escuchado" sea aprovechada y no hayan excusas para no implementar las sugerencias que surjan.
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