Hace un tiempo, KR de su blog de accidentalidades me propuso hacer otro ejercicio similar al de en muchas palabras... la idea esta vez era variarlo un poco, y en base a una canción, elaborar un texto de 300 palabras, para que los demás participantes aportaran 50 extra a la composición, de tal suerte que nos quedara una especie de cadavre exquis.
Me asignaron la canción "In my life" de The Beatles
Letra: (disculpen las mayúsculas pero así las encontré en un website)
HAY LUGARES QUE RECORDARÉ TODA MI VIDA
AUNQUE ALGUNOS HAYAN CAMBIADO
UNOS PARA SIEMPRE, Y NO PARA BIEN
OTROS HAN DESAPARECIDO, OTROS PERMANECEN
TODOS ESTOS LUGARES TUVIERON SU MOMENTO
CON AMANTES Y AMIGOS QUE AÚN RECUERDO
ALGUNOS HAN MUERTO, OTROS ESTÁN VIVOS
EN MI VIDA LOS HE AMADO A TODOS
PERO DE TODOS AQUELLOS AMIGOS Y AMANTES
NO HAY NADIE QUE PUEDA COMPARARSE CONTIGO
Y ESTOS RECUERDOS PIERDEN SU SIGNIFICADO
CUANDO PIENSO EN EL AMOR COMO ALGO NUEVO
AUNQUE SEPA QUE NUNCA PERDERÉ EL CARIÑO
POR LA GENTE Y LAS COSAS QUE YA PASARON
Y QUE A MENUDO ME DETENDRÉ A PENSAR EN ELLOS
EN MI VIDA, TE AMARÉ MÁS QUE A NADIE
AUNQUE SEPA QUE NUNCA PERDERÉ EL CARIÑO
POR LA GENTE Y LAS COSAS QUE YA PASARON
Y QUE A MENUDO ME DETENDRÉ A PENSAR EN ELLOS
EN MI VIDA, TE AMARÉ MÁS QUE A NADIE
EN MI VIDA, TE AMARÉ MÁS QUE A NADIE
Esto es lo que se me ocurrió escribir tomando como base esa canción. En negrita lo que agregó KR y en cursiva lo que aportó Diana de Dulce Limón Partido:
Memoria.
"Los científicos aseguran que es en el cerebro donde se atesoran valiosos recuerdos. Muchas veces el poderoso disco duro humano asocia evocaciones con sonidos, olores, sabores, texturas y lugares"
Fue después de leer eso que intentó de todas las formas posibles aferrarse a la inspiración, a un golpe de fortuna y reconstruir su memoria al final, eso le había quedado de aquel pasado que pensó que no terminaría. Su pasado estaba lleno más de sombras que de luces. Es cierto que la vida está tapizada de obstáculos pero hay que dejar siempre espacio para la fortaleza anímica y ¿por qué no? a los deseos de superación.
Gobernaba el silencio. Repasaba las fotos que le dieran una vaga idea de cómo esos sitios le pudieran devolver lo perdido. ¿Dónde estaría ella en ese momento? Trataba que esos rostros arrojaran una pista en esa tiznada maraña de pensamientos que le impedían recordar. Alguna pista tenía que encontrar, alguna de esas fotografías tenía que darle un rumbo acertado para recorrer, para encontrarla otra vez.
De lo poco que había logrado rescatar, estaba aquel convenio. Que de todos los amigos y amantes que con ella habían tenido, juraron no olvidarse. No había nada que se le comparara a ese granítico pacto. Pero hasta en el más prístino de los paraísos hay nubarrones. ¿Por qué esta vez tendría que ser diferente? Ese fue el quid de la cuestión: a ambos les faltó ambición, traducida en ese instante final en el que hay que animarse, en el que hay que rebelarse ante el peso de la adversidad. Pese a ello se mantuvo firme en su convicción.
Ansiaba ese encuentro como la noche espera al día. Cuando la vio. Ella cruzaba la calle una noche de julio. La reconoció de inmediato. Abrió su paraguas y sacudió su melena. Bastó eso para comprobar pronto que su utópica visión estaba lejos de ser una alucinación. La mujer a la que había prometido amar más que a nadie. Ella dirigió su mirada hacia él y le envió una sonrisa cómplice ¿Acaso lo recordaba, había algo todavía que pudiera rescatarse? La duda lo invadía, necesitaba saber si en ese maltrecho pasado que compartían juntos todavía atizaba alguna brasa, algo que otorgara la ínfima posibilidad de volver a ser suyo una vez más.
Con el fuego sagrado avivado en su mirada osada e inocente, sin temores, no le hubiera caído mal prepararse para lo peor, como que no estuviera soltera. Solo por si acaso.
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