A veces me hallo embebido en mis escorbúticas divagaciones. En esos momentos en que no importan los sujetos y predicados, ni los debe y haber, ni los pros y los contras de la dolarización o de la obligatoriedad o no de la partida de nacimiento para sacar el DUI.
Es entonces, cuando estoy solo con mis pensamientos, en ese sempiterno soliloquio, que el permanente tetris de mi cabeza cae en la cuenta que es bien fácil pasar del cielo al infierno en un instante. Como sea, hay ocasiones en las que quisiera ser una persona nimiamente pundonorosa. No puedo. Simplemente me gana el valeverguismo. Será que estoy a punto de caer en depresión? No lo sé. Me gustaría estar convencido que hoy soy mejor que ayer.
Es entonces, cuando estoy solo con mis pensamientos, en ese sempiterno soliloquio, que el permanente tetris de mi cabeza cae en la cuenta que es bien fácil pasar del cielo al infierno en un instante. Como sea, hay ocasiones en las que quisiera ser una persona nimiamente pundonorosa. No puedo. Simplemente me gana el valeverguismo. Será que estoy a punto de caer en depresión? No lo sé. Me gustaría estar convencido que hoy soy mejor que ayer.
2 comentarios:
pues el solo hecho de reconocerlo, ya es un paso
Creo que es tiempo de cambio: al alma nos avisa sola cuando ya es tiempo de. Es de verle el lado positivo al asunto.
Saludos!
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