24 de febrero de 2010

Post existencial

A veces me hallo embebido en mis escorbúticas divagaciones. En esos momentos en que no importan los sujetos y predicados, ni los debe y haber, ni los pros y los contras de la dolarización o de la obligatoriedad o no de la partida de nacimiento para sacar el DUI.

Es entonces, cuando estoy solo con mis pensamientos, en ese sempiterno soliloquio, que el permanente tetris de mi cabeza cae en la cuenta que es bien fácil pasar del cielo al infierno en un instante. Como sea, hay ocasiones en las que quisiera ser una persona nimiamente pundonorosa. No puedo. Simplemente me gana el valeverguismo. Será que estoy a punto de caer en depresión? No lo sé. Me gustaría estar convencido que hoy soy mejor que ayer.

2 comentarios:

Clau dijo...

pues el solo hecho de reconocerlo, ya es un paso

Esebloguero dijo...

Creo que es tiempo de cambio: al alma nos avisa sola cuando ya es tiempo de. Es de verle el lado positivo al asunto.
Saludos!