Un madrugón a las 5:30. El carro a medio calentar. El camino a la UFG. El vigilante que me pregunta siempre por el FC Barcelona. La radio con llave. Una discusión acerca de las jovenes/mujeres que engordan después de los 20. Más de los genes de las salvadoreñas después de parir. Interacción en la radio con un alemán. La interrupción siempre inoportuna e irritante del conductor. Las cargadas de un DJ. El camino al trabajo. La promesa de una tarjeta de presentación. El pensamiento de hacer negocios con alguien que acabo de conocer. Cruzarme la calle llena de buses. Entrar al lugar de siempre a hacer lo de siempre. Una parada para ingerir alimentos. Retomar el trajín. Reunión sin el insoportable del equipo de trabajo que nadie quiere tener cerca. El reconocimiento del equipo por llevar los mejores numeros del piso. Leer el Google Reader y ver como otros equipos están donde desearía que estuviera Argentina (Maradona mierdero!). El aventón de un compañero a recoger el carro. Tener la sensación de que me siguen y prepararme para golpear al presunto agresor. El vigilante que no me conoce y me cobra el parqueo. La explicación que soy de la radio. El camino a la casa. El intento de llamar a alguien. Las pupusas de la esquina. La cipota delgadita que ayuda a la pupusera. El chocolate hirviendo con las 5 revueltas. La luz tenue del ocaso del día. El foco de 60w del techo que me topa en la cabeza. Pensar en mis hijos mientras como. Los tres muchachos puberes/adolescentes con aspecto de mareros. El mensaje de quien traté de contactar antes de sentarme a comer. La alemana novia del vecino y su apestoso cigarro. El celular en la bolsa trasera de los jeans. Los $1.80 de la cuenta. La mirada extrañada de los puberes/adolescentes que el carro parqueado es de quien comió al lado de ellos. La satisfacción de encontrar parqueo sin que me tapen la salida por llegar temprano. El final del programa 2 a las 6. La discusión estéril de un fanático que pide que se lea la Biblia más de 7 minutos. La voz inexpresiva de una de las conductoras. El ciber de don Rafa. Las maquinas ocupadas. El soundtrack de El Padrino. Sentarme en una máquina recién liberada. La elaboración de esta entrada.
PS Así ha de ser escribir en un diario (Que aburrido!)
5 comentarios:
Decís en un diario personal o en un periódico? Ninguna de las dos me parecen aburridas.
Dias Normales, hacen vidas interesantes.
@Clau, me refería a un diario personal.
@Les :)
A pues...no vos, no es aburrido.
Especialmente cuando uno los escribe y los lee digamos unos 20 años después...le da risa cada cosa!
Pruébelo, le va a gustar
¿Maradona mierdero? Con todo y el dolor que siento por estos días y las responsabilidades y culpas que sobre el 10 recaigan...yo tengo el deber de la memoria. Después de todo lo que dio, para que el Diego quede en rojo tiene que perder mucho mas que un mundial. Mi humilde opinión, por supuesto.
Luego, en tu opinión sobre el diario personal a detalle estoy de acuerdo. Es algo que tampoco hago ni entiendo. El colmo es que muchos lo hacen sin siquiera darse cuenta...en Twitter.
Saludos Mario!
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