20 de marzo de 2010

Del fin del mundo y otras hierbas




Hoy hubiera querido hablar del Barcelona de mis amores y su emparejamiento con el Arsenal en los cuartos de final de la UCL pero meh! Muy trillado. Pudiera venir a alimentar el eterno debate del fotógrafo que documentó el infortunado asesinato de un estudiante del INFRAMEN (que por cierto concuerdo con los que le defienden diciendo que estaba haciendo su trabajo y al menos CPR le dió). Pero mejor escribo de algo mero apocalíptico y que me viene dando vueltas en la cabeza desde hace ratos, total, prefiero aprovechar la soledad del ciber de don Rafa para hacerlo de una buena vez.

Desde mi punto de vista es difícil no concluir que el fin de los tiempos se acerca, no por solo por las teorías que hablan de tanto cataclismo sino mas bien por las señales y claro, no dejando de lado a los sabios del pasado, entiendase la Biblia, los mayas y Nostradamus.

Sin pretender analizar a profundidad lo que se ha visto desde el último siglo para acá, es evidente que la raza humana en general ha venido a menos en muchísimas cosas. Desde algo tan simple como la amabilidad para con nuestros congéneres y que ahora tanto escasea y el hecho de que por desgracia tenemos como contrapunto la maldad que abunda en demasía.

Que si el Tercer Reich, que si el Papa negro, que no, que es el presidente gringo, eso al final son detalles. Quiero aterrizar, las plagas de Egipto no tienen que ser literales (aunque no es mentira que ya hubo episodios de peces muertos en California como en la foto) Dengue, Sida, Influenza Aviar, Ébola, Cólera y la más reciente Gripe H1N1 son realidades palpables y no precisamente hay que asociarlas directamente con los tábanos, peste sobre los equinos y demás cuadrúpedos, muerte de los primogénitos o granizo mezclado con fuego bíblicos. Muchos dirán (y tambien concuerdo) si ya cuando haya tinieblas ya ni los enlatados van a servir, el mejor ejemplo lo pueden dar quienes experimentaron las desgracias recientemente ocurridas con los terremotos de Haití y Chile, ahí no hay Salvatore Ferragamos, Pradas o Louis Vuittons que valgan, lo primordial es sobrevivir y los lujos pasan a un segundo plano.

No faltará quien diga, a este ya se le pelaron las tejas pero pensemos, que pasa si resulta que Irán si tiene la bomba atómica y hay guerra nuclear? Concuerdan o no las fechas con las predicciones? Les dejo la inquietud.

Para concluir quçiero mencionar que siempre hay esperanza. Leía el otro día con beneplácito como todavía alguien se toma la molestia de escribir una guía de ver como se mejoran las condiciones en las que vivimos y no son cosas sacrificios enormes, todo está en poner un poquito de nuestra parte para no dejar un mundo peor del que encontramos. Esto es una comunión en la que todos tenemos vital importancia, al fin y al cabo el horizonte se vislumbra destemplado.

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