¿Pensar positivo?

Esta es una entrada catártica y revuelta, así que ahí van a disculpar u_u


Yo iba a bloguear de la entrega de los premios de Cannes. Pensé hacer una kilométrica entrada de mi odisea cambiando las placas del carro un 31 de mayo en Lourdes, Colón (siempre dejando todo de último, como todo buen salvadoreño) Me quise despedir de Manolo Preciado por su repentina y lamentable muerte. Tuve toda la intención de resumir los partidos que he visto de la Euro 2012. Quise decir que al fin vi Blade runner. De todas esas cosas y de otras más que no recuerdo en este momento, quise escribir y no lo hice. ¡Maldita inmediatez! ¡Todo tiene que ser dicho ya!

De lo que ya me pronuncié en ese respecto en esta entrada del 2010, talvez solo pueda añadir que no es que quiera renunciar a FB y Twitter -que pareciera se nos han metido debajo del pellejo- y no darles el mérito de ser otra manera de intercambiar links con información valiosa (y otra no tanto) pero si los quiero limitar. Tendré perfil bajo porque simplemente me quiero desintoxicar.

Parte de las cosas buenas que deja frecuentar las redes sociales es dar con cosas que, por la inmensidad del internet, no pudiéramos hallar por nosotros mismos. Una de ellas es este artículo en el Diario El País y en el que yo, al igual que Enrique Vila-Matas, también recuerdo cuando abundaba la cantidad de personas que se dedicaban a tener su "ventana" en la gran carretera de información por la cual uno podía entrever los rasgos de personalidad de esos incipientes escritores. Era una especie de vitrina, en la cual se ventilaban pública/privadamente sus acontecimientos de distinta relevancia.

Asimismo, concuerdo con él en que las redes sociales no generan contenido en la red y casi casi, pudiera compararse lo dicho en estas como palabras al viento. No es que quiera que tengan repercusión o que los motores de búsqueda se preocupen por peinarlas (cosa que es prácticamente imposible por la infinidad de comments y tuits diarios) pero si algo vale la pena y lo amerita, todos los que mantenemos un blog, deberíamos de tener la dedicación necesaria para que esta potencial entrada trascienda.

Hablando de una cosa diametralmente opuesta -y yo sé que muchos me entenderán por qué digo esto- Hay estudios científicos que demuestran que un minuto empleado en un pensamiento negativo deja el sistema inmunitario en una situación delicada durante horas. Asimismo, las personas más irritables tienden con mayor propensión a tener problemas cardíacos y otros padecimientos. Después de saber eso no me extraña que tenga tantas dolamas. Y es que, ¡me cuesta tanto andar con cara de que no tengo problemas!

Si, probablemente al leer eso digan, es que no se trata de andar con la cara pintada de payaso tampoco. Pero le borro el comment al primero que me venga a decir que no lo sacan de quicio esas personas que solo son "positiveces". Esos que andan a flor de piel el últimamente tan proliferado "bendiciones" y al nomás darse la vuelta el cristiano al que le dijeron eso le están mentando la madre.

Yo sé que ya varias veces me he propuesto (incluso aquí en esta bitácora) tener un cambio de actitud pero, what the heck! me dura un rato el casette y al rato regresan las malas vibras! Supongo que bad habits die hard! Será que necesito una limpia de las de Izalco? Una vez voy a vivir esta vida. Quizás lo podrido del mundo me contagia y me revuelve las tripas que no es como debiera ser. Pero, sin duda, si no me vuelvo positivo no voy a poder tener una existencia más llevadera.

Las personas con pensamientos negativos van desarrollando una actitud antisocial que hace cada vez más difícil su integración y aceptación. Sus críticas van aislándole hasta dejar reducido su círculo a un estrecho número de personas, resignadas a aceptar sus planteamientos negativos.


Disculpen que escriba cosas sin sentido pero hacerlo a las 3:30 am no ha colaborado a que toque tópicos coherentes. Parafraseando a Sir Alec Guinness: ¿Quién es más loco, el loco, o el loco que sigue al loco? Sigamosle haciendo huevos!