No varía mucho lo que diré en este trigésimo segundo aniversario de lo expresado con anterioridad. La víspera intercambiaba impresiones con alguien que denotaba claros tintes derechistas en sus palabras y a quien le molestaba que la izquierda se "apropiara" (en sus palabras) de la figura del Arzobispo Óscar Arnulfo Romero. Me quedo con un par de reflexiones que le expuse.
Es evidente que quienes lo utilizan como bandera se aprovecharon de su imagen y que siempre se supo que se preocupaba por los más desvalidos. Su vocación pastoral y su entrega desinteresada lo llevó a arriesgar su vida en demasiadas ocasiones.
Sus detractores le acusan de haber sido en algún momento de su vida quien celebraba bautizos, comuniones y bodas de la clase pudiente, sin embargo su radical cambio se da a partir de abrir los ojos y caer en la cuenta de la realidad que le circundaba. Se abrazó a la denuncia pública y a pedir (y exigir) el cese de la represión. No dudó ni un segundo en alzar su voz contra la opresión de la que era víctima el campesinado salvadoreño. Y he aquí el quid de la cuestión, las ampollas que levantó, su figura, fue tomando un protagonismo que le convirtió en un objetivo militar.
Increíble la relevancia que toma este personaje fuera de nuestras fronteras patrias. Homenajes y bibliografía originada fuera del Señorío de Cuscatlán agrandan su leyenda. En la humilde opinión de este servidor, Óscar Arnulfo Romero y Galdámez es el personaje más influyente del siglo XX. Su obra dejó huella en muchos y sus enseñanzas trascienden el tiempo. ¡San Romero de América vive!
Para finalizar, un texto de la descripción de la Abadía de Westminster o Iglesia colegiata de San Pedro de Westminster:
En el frontispicio oeste de la abadía se puede observar, desde su restauración en 1998, diez estatuas de cristianos mártires del siglo XX, personas que entregaron su vida por la Fe. Sorprende gratamente que, entre ellos, se encuentren creyentes de distintas denominaciones: luteranos, anglicanos, católicos, presbiterianos, baptistas, etc.
¿Qué "santos" son estos? Una tabla cercana a la reja lo explica al visitante distraído: son santos del siglo XX, que el arzobispo de Canterbury, cabeza de la iglesia anglicana, decidió entronizar en 1998 en esos diez nichos que estuvieron vacíos por varios siglos, en una ceremonia en la que estuvo presente la reina de Inglaterra. Mártires, explica la tabla; la iglesia anglicana, desprendida en el pasado de la iglesia católica, no canoniza. Las estatuas son obra del escultor Tim Crawley, y fueron labradas en piedra de Richemont, traída de Francia.
El que lleva anteojos y carga al niño Jesús, es Óscar Arnulfo Romero, Arzobispo de San Salvador, asesinado el 24 de marzo de 1980 por la bala de un francotirador a sueldo de conspiradores, mientras oficiaba misa temprana en la capilla del asilo de leprosos donde vivía.
Tomado del blog de Javier F. Chento que a su vez lo tomó de un artículo de Sergio Ramírez.
4 comentarios:
"..a quien le molestaba que la izquierda se "apropiara" (en sus palabras) de la figura del Arzobispo Óscar Arnulfo Romero.."
eeeeh ¿tendrá que ver el hecho que el fundador del mayor partido de derecha es quien dió la orden de asesinarlo?
Los pobres para los derecha es la oportunidad para crear un club social para llevarles un platito de comida, ponerse camisitas con eslogans pegajosos y usar pulseritas ridículas o calcomanías de muñecos en los vehículos y sentirse satisfechos de HABER AYUDADO.
A mi me entretuvo la verdad. No realizaba él q lo q decía era como molestarse porq los gringos usen el América para identificarse y está en su nombre oficial, ni modo así toca.
Saludos don Iba!
Monseñor Romero es un gran ejemplo, para todos los salvadoreños y cualquier persona, que vale más decir la verdad y que muchas veces eso te puede costar la vida.
Cuanta verdad en tus palabrasa Wendy!
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