Desde el profundo sótano mental
donde cohabitan todas mis miserias
con sus espasmos por el no tener
los esos y las esas que me faltan:
bienes y vivencias que nunca llegarán
porque flotan en un turbio vacío
donde bate el jamás en bocanadas…
(Celda brumosa – lo interno mío –
en que todos los deseos se transmutan
en un sórdido desfile de quimeras,
y que me aviva en las noches los insomnios
por las ausencias que surgen desgarradas
al evocar las causas de mis nadas…)
…O desde este frío y oscuro rincón
donde ahora yazgo parapetado, indolente,
haciendo estremecer huesos míos,
carnes inoportunas, ojos intransigentes
y a la tediosa mandrágora que crece
entre mis pocas lucideces olvidadas,
por ustedes divago:
Los sosegados en su conformidad,
los luchadores tenaces e incansables,
los subyugados en el inhóspito corral
de imaginados fatalismos,
y los acongojados por deseos aún inalcanzados,
penurias acuciantes, morbo retador,
pero en ánimo vencedor e indoblegable
por el influjo eterno de la esperanza…
Y es que sé que cada cual, en su mesura,
cavila en este irse constante de las horas
si es la suerte quien define nuestros rumbos
o si toda realidad es cosa del destino,
o de que si es por el poder, por el dinero,
sin saber si la fuerza que define la existencia
será encontrar acaso en nuestras vidas
a que se debe su sentido…
…Sí, por ustedes hablo a solas,
pasajeros errantes de este carrusel
implacable del tiempo, pétalos frágiles
de la rosa perpetua de la vida,
cuerdos efímeros,
súbditos perennes del azar
que respiran en esta época provisional
con sus cosas falsamente ciertas
y la verdad en aparentes falsedades…
A ustedes digo estas nobles diatribas
– que quizás hilvanan o no, en su deriva,
quién sabe si razón alguna… –
para que meramente sepan que no soy cuerdo
al cantarlas como propios desmanes,
y decirles que habrán de callar
si les hiciese esta simple interrogante:
¿Quién de ustedes acaso no piensa
tener algo de nosotros los orates?...
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